Con una gráfica imagen, Paco Pardo ha definido claramente ante los medios de comunicación la actual situación de la gestión municipal: Almansa está gobernada por dos Ayuntamientos. El primero, dirigido por un Partido Independiente cada vez más solitario y a la deriva, parece tener su sede en la Plaza de Santa María. El segundo, ubicado en el Pasaje del Coronel Arteaga, alberga a un PP que no se resigna a su actual papel de segundón mientras dedica su tiempo y esfuerzo en la lucha por evitar su descomposición interna. Estando tan cercanos los despachos del uno y del otro, sus respectivos proyectos para nuestra ciudad cada vez se encuentran más alejados (léase, la declaración de intenciones independiente, más conocida como “ya se nos ocurrirá algo mientras improvisamos” y el contrato con los ciudadanos del programa popular, completamente incumplido). Ni se hablan, ni se aguantan, ni comparten ideas, ni nada de nada. Cada uno a lo suyo mientras se miran de reojo.
Será difícil que los almanseños logren visualizar esta profunda división, pues las clases magistrales del Sr. Cerdán han hecho del Sr. López un alumno aventajado de la pose ante las cámaras y en los actos públicos (en privado ya sabemos que es algo radicalmente distinto, entre ellos y con/contra la oposición). Por eso sonríen tanto cuando se les ve juntos (hasta en esta fotografía). Debemos acudir a las palabras y a los hechos para comprobar este creciente distanciamiento. Ya se sabe que el gran detonante fue el tema de la privatización del agua, con el que se escenificó la indisimulada ruptura. Desde entonces, el Sr. Cerdán aguarda la ocasión para devolver al Sr. López el golpe recibido, que le humilló y dejó en ridículo ante los ciudadanos. Otro llamativo ejemplo fue cómo el actual alcalde, desde el primer minuto, hizo del proyecto de Los Pandos su bandera para salvar Almansa (no tardaremos mucho en profundizar en este tema), mientras el ex lo ha estado rechazando durante dos años (por mucho que nos quiera hacer creer que ahora está encantado con él). Muy relacionado con esta cuestión sigue siendo el tema del tren, del que el Sr. López desea pasar página. Tras perder el juicio de la insensata lesividad (del que no han dado explicación alguna a los ciudadanos intentando, incluso, ocultárselo), el Sr. Cerdán ganó por la mano al Sr. López cuando ordenó iniciar el recurso contra esta sentencia, pocos días antes de que su sucesor le echara del despacho de alcaldía. El independiente estaba en contra, pues la pérdida de tiempo, esfuerzo y dinero que esto supondrá al Ayuntamiento sólo servirá para que el PP mantenga viva una llama a punto de apagarse. Y ahondando más, ¿qué sentido tiene que el Sr. Cerdán presente, a estas alturas, una enmienda a los presupuestos generales del Estado solicitando el soterramiento de las vías actuales? ¿Todavía está anclado en esa posición creyendo que le servirá para cazar votos? ¿Cómo se explica que defienda una cosa y su contraria? Es decir, apoya el proyecto de Los Pandos, para el que es imprescindible el traslado de las vías al norte, pero desea que las vías no se muevan de donde están. Algo debería decir el Sr. López sobre tamaña incongruencia.
Y al final de todo, ¿quién gobierna en Almansa? Mientras los independientes ostentan la alcaldía, el PP se ha adueñado de las concejalías vitales (hacienda, urbanismo, empleo) ¿Qué criterios se imponen, los del Sr. López o los del Sr. Cerdán? No está nada claro. El famoso pacto hoy ya carece de valor y es sólo la inercia los que les mantiene aparentemente unidos. Con este panorama, con el rechazo al diálogo con nuestro grupo municipal, con el desprecio por las propuestas e ideas que nosotros ponemos sobre la mesa, con la imposición como método de gobierno, no llegaremos muy lejos.
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