30 de septiembre de 2012

"Destinatario desconocido". III Certamen TEA

Quizá, sólo quizá, anoche se representó la obra que va a ganar el III TEA. Y quizá, es posible, también vimos anoche la mejor dirección del certamen. "Destinatario desconocido" es una complicada puesta en escena que, nacida desde la novela de Katherine Kressmann Taylor, Paradero desconocido, ha sido adaptada para las tablas por Vicente Cuadrado, una especie de "superhombre" teatral, que es el creador de esta versión, su dramaturgia, el director y el protagonista de la obra representada por la compañía La Garnacha Teatro, de Logroño.

Y es un proyecto arriesgado y complicado porque mantener al público pendiente de la lectura de unas cuantas cartas parece, en principio, difícil. En eso se sustenta toda la historia, en el, cada vez más intenso, intercambio epistolar entre quienes comienzan siendo amigos para terminar colocados en lugares existencialmente antagónicos. La intensidad del relato; la dureza de las imágenes que no se ven, pero se sospechan; el dolor que crece donde antes germinaba la profunda amistad; el avance de la irracionalidad, el odio y la pérdida de la personalidad individual diluida en un "ser" colectivo carente de alma, hacen que casi necesitemos coger la mano de quienes se sientan junto a nuestra butaca, como si así pudiésemos transmitirnos un gesto de solidaridad.

Vicente Cuadrado y Juan L. Herrero están soberbios. Los miles de kilómetros que les separan desaparecen en la escena mostrándonos dos seres humanos que, en el fondo, son profundamente débiles. Uno, cegado por el fulgor de un nazismo que deslumbra a la razón alimentando los sentimientos más despreciables. Otro, convertido en instrumento de la venganza una vez desposeído de su propio pasado y de su espiritualidad. Tiempos de preguerra, tiempos de un odio que es capaz de recorrer largas distancias. 

Sobran escenografías y atrezos. Y bien está repartir algún mobiliario sobre las tablas o proyectar imágenes para llenar un espacio en otro caso vacío. Pero el escenario, a fin de cuentas, terminan siendo ellos dos. Mi más sincera  felicitación a La Garnacha Teatro.

"No te vistas para cenar". III Certamen TEA


La segunda oleada escénica programada en el III Certamen de Teatro Aficionado de Almansa se ha desarrollado a lo largo de este fin de semana. Así, el viernes, que este año parece reservado para la comedia, el Teatro Regio acogió a la compañía turolense Espantanublos y su versión de "No te vistas para cenar" del francés Marc Camoletti.

La intención de esta puesta en escena no es otra (absolutamente loable y necesaria en estos tiempos) que la de pasar un rato de divertimento, "Una sesión de risoterapia para fortalecer las mentes y los abdominales", como ellos mismos anuncian. Y apelando al enredo, a las situaciones disparatadas o al equívoco verbal, terminan lográndolo. Quizá, como si fuera una especie de mal intrínseco a la génesis de este tipo de obras, la previsibilidad de las acciones sea un punto en contra para la valoración del conjunto. Pero, en esta ocasión, los actores y actrices de Espantanublos logran superar este handicap imprimiendo un ritmo que no decae en ningún momento, forzando la actuación con ademanes, gestos y entonaciones alejados de la naturalidad, pero que responden al contexto escénico y al disparate puesto en escena. Sabemos lo que  va a pasar, pero no cómo. Y ese, creo, es su acierto.

Especialmente destacables son los papeles femeninos, auténtico soporte del desarrollo argumental. María José Gómez, Jaqueline, utiliza con gran acierto su magnífica presencia haciéndola contrastar con una aguda voz que maneja perfectamente para inyectar, al mismo tiempo, ironía y control de la situación. ¿Candidata al premio de mejor actriz? Yo apostaría... Y destacable es, también, otro de los personajes "femeninos", el de Susi, que recae en Juan Cercós. Histriónico y exagerado, su papel acumula una buena parte de los momentos más divertidos. Una acción que, por otro lado, transcurre en una escenario sencillo -como se espera de compañías en las que el recurso económico es limitado-, pero creíble. 

Enhorabuena a Espantanublos. Reír se hace cada día más necesario, hacer un paréntesis en la aplastante cotidianidad reconforta. Eso intentan, eso consiguen.

24 de septiembre de 2012

"Yepeto". III Certamen TEA

Desde Talavera de la Reina llegó el sábado la compañía El Candil, trayendo bajo el brazo el libreto de "Yepeto", del argentino Roberto Cossa. El resumen, que habitualmente va al final de toda una explicación previa, lo haré ahora, nada más empezar: magníficos.

Christian Vázquez y Roberto Cid son capaces de llenar la escena con una inmensa capacidad actoral. Antes de que digan una sola palabra, es posible poner a cada personaje en su sitio gracias a una mínima escenografía, una luz permanentemente tenue y un atrezo escueto que componen un conjunto perfecto. Dos escenarios en uno, aquél donde transcurre la historia, la habitación donde vive el, aparentemente, autosuficiente profesor universitario de literatura cincuentón, Christian, y otro, secundario, apenas utilizado y en el fondo innecesario, pero que refuerza la imagen del "cani de gimnasio", Roberto, enfrentado a sus miedos y limitaciones. Y ambos escenarios, ambos personajes, unidos por una mujer...

Pero el intercambio de conversaciones, de confesiones de las propias experiencias vitales, el cúmulo de sinceridad puesta sobre la mesa hace que juventud y madurez se aproximen, que "el cuerpo" y "la intelectualidad" difuminen unas fronteras aparentemente infranqueables y que sólo pueden ser cruzadas a través de Laura, alumna y novia, el deseado e invisible personaje femenino que, en realidad, todos imaginamos situado muy por encima de ellos. Esta es una historia de fracasos donde, finalmente, termina imponiéndose una dosis de cruel realidad: "¿Para qué le escribiste un poema si puedes follártela? [...] ¡Me cago en la literatura!", dirá el profesor.

Mi efusiva enhorabuena a El Candil. No sé qué terminará sucediendo, no soy miembro del jurado, pero el premio al mejor actor no debe estar muy lejos...

Página web de El Candil

Fotografías de Pascual Sánchez

"Cena para dos". III Certamen TEA

El viernes comenzó el III Certamen Nacional de Teatro Aficionado "Ciudad de Almansa". Los amigos y amigas de Alma Teatro, a pesar de las circunstancias, continúan empeñados en hacernos cómplices de su amor a la escena. Y yo, personalmente, se lo agradezco. Por ello, porque a cambio de su enorme esfuerzo bien vale hacer uno pequeño por mi parte, intentaré recuperar el ritmo adormecido de esta geografía que se ha diluido en los últimos meses.

"No dejemos que la crisis nos impida seguir haciendo cultura", dijo Alberto López en sus palabras de inauguración. Y lo hacía dirigiéndose a un patio de butacas algo desangelado. Tiene toda la razón. Claro que el orden de prioridades se altera en contextos tan complicados como los que vivimos, pero iniciativas como ésta, humilde en su presupuesto pero inmensamente digna y atractiva (así lo prueba el constante aumento de compañías de toda España que desea participar), ha de tener un lugar en nuestra programación cultural y una respuesta más entusiasta por parte de nuestro público. Creo que la excusa económica tiene poco peso en este caso, pues las entradas tienen precios casi simbólicos y, tanto el viernes como el sábado, tras la finalización de las obras, me encontré todas las terrazas de los bares existentes en las cercanías del Teatro Regio (y son unas cuantas) totalmente abarrotadas...

La compañía Siete Comediantes, de Callosa de Segura, fue la encargada de representar la primera obra: "Cena para dos", de Santiago Moncada. Esther Gutiérrez, Inma Hernández y Diego Coronado componen un reparto creíble (aunque, quizá, pueda criticarse que el papel de una viuda desconsolada desde hace 15 años esté representado por alguien que, desde luego, no aparenta la edad que se le supone), con papeles bien ejecutados y añadiendo ese punto de sobreactuación que exige este tipo de obra para indicar al espectador el momento en que se produce la situación cómica. Porque risas se escucharon. Pero he de confesar que no es éste el tipo de teatro que más aprecio. El argumento es previsible, el final se adivina con facilidad y el recurso a los tópicos es, a veces, exagerado. Pero todo esto es un problema de Moncada, no de Siete Comediantes. Aplaudo la actuación, pero no comparto la elección de la obra. Y la escenografía... A las compañías aficionadas se les supone una limitación de medios que, evidentemente, todos asumimos, pero creo que no han acertado intentando llenar el espacio con la colocación de un gran panel con la fotografía de un salón (con un mobiliario de líneas modernas que, además, contrastaba con los pocos muebles "reales" en escena).

En definitiva, ha comenzado, afortunadamente, el tercer TEA. Desde aquí hago un llamamiento para que el próximo fin de semana las butacas estén mucho más ocupadas. Les aseguro que merecerá la pena.

Página web de Siete Comediantes

Fotografías de Pascual Sánchez
Related Posts with Thumbnails