12 de diciembre de 2009

25 AÑOS DE CULTURA

ADIDAC cumple 25 años. Mi hija tiene 22 años y me parece una persona maravillosa, con criterio, trabajadora y esforzada en su actual misión de crecer en el conocimiento... (es mi hija, ¿qué puedo decir?). Esta aparente y súbita digresión que parece no venir a cuento, tiene su sentido después de haber asistido a la inauguración de la exposición que conmemora el cuarto de siglo de vida de una gran familia (dicho así, suena muy rotundo). Son ellos mismos los que de esta forma se definen y, los que desde fuera les observamos, podemos dar fe de que esa es la sensación que transmiten. Por eso, de la misma forma que mi hija, nacida poco después de que lo hiciera ADIDAC, es parte imprescindible, inseparable y definitoria de mi familia, las decenas de personas que componen el grupo humano que mantiene viva la ilusión por dar lo mejor de ellos mismos, forman parte imprescindible, inseparable y definitoria de la cultura imaginada, trabajada y creada en Almansa.

Recuerdo perfectamente la imagen de mi primer tocadiscos (mío y del resto de la familia), uno de aquellos Cosmos tipo maleta que parecían sonar a música celestial (también es cierto que mi concepción del cielo se ha ido modificando con el paso del tiempo). Pero sonaba, y muy bien. Recuerdo también que mi primer vinilo fue uno con versiones orquestales de The Beatles (¿cómo definir aquel disco?, regalo de la tienda donde mi padre compró el reproductor). Y como el Cosmos lo compartíamos todos los miembros de la familia, a través de esa solidaridad entraron en casa Quilapayún, Victor Jara, Luis Eduardo Aute, Tete Montoliú, Kansas, The Eagles, The Beatles (los de verdad), Mari Trini, Julio Iglesias, Concha Piquer... (bendita y confusa amalgama de gustos). Y, junto a ellos, los discos de mi padre: La Revoltosa, La Rosa del Azafrán, Doña Francisquita, Luisa Fernanda... Recuerdo a mi padre nombrar a Alfredo Kraus e, inmediatamente, hacerse un silencio que iniciaba su particular liturgia de idolatría pagana. La Zarzuela fue, por lo tanto, uno de los elementos que se sumaron al paso de mis particulares almanaques.

Solicito el perdón de ADIDAC. Pero la inexcusable personalización del párrafo anterior se me ha venido encima, de manera inevitable, al iniciar la redacción de este artículo. Y lo realmente importante ahora es transmitir, desde la más profunda humildad y con el corazón, mi más sincera felicitación y enhorabuena a todos y cada uno de los miembros de ADIDAC por su vigésimo quinto aniversario. Merecido lo tienen.

1 comentarios:

A. Giner dijo...

Juanma:
Me identifico mucho con tu artículo, merced a que debemos ser de la misma generación sesentera...
También mi primer "tocata" era de maleta, y los singles que sonaban en él, los compraba con mi sueldo de zapatero quinceañero (como la gran mayoría de almanseños/as de aquella época), pero aquellos primeros vinilos eran de música "disco" y "motown" (Bee Gees, Dona Summer, Barry White, Gloria Gaynor ...) y comprados en la mítica Boutique del Disco del Jardín. Más tarde, influenciado por la J.O.C., el M.O.C., la H.O.A.C., también me interesaron Violeta Parra, Llach, Serrat, Al Tall, Ovidi Montllor, la Bonet, Labordeta, M. Sosa ...
Y retomando el tema central de tu artículo, ADIDAC, yo que nunca le he cogido el gusto a la zarzuela, recuerdo que antes este grupo se llamaba ASOCIACIÓN PARAPSICOLÓGICA ALMANSEÑA, y representaban obras teatrales muy emotivas, escritas por Maruja Moya, y que hecho de menos. No sé si esta "gran familia" pensará alguna vez volver a representar aquellas obras, pero a mí, me encantaría que lo hicieran.
A. Giner

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