13 de marzo de 2010

DARLE LA LUZ

"Recordar a Miguel Hernández que desapareció en la oscuridad y recordarlo a plena luz, es un deber de España, un deber de amor. Pocos poetas tan generosos y luminosos como el muchachón de Orihuela cuya estatua se levantará algún día entre azahares de su dormida tierra. No tenía Miguel la luz cenital del Sur como los poetas rectilíneos de Andalucía sino una luz de tierra, de mañana pedregosa, luz espesa de panal despertando. Con esta materia dura como el oro, viva como la sangre, trazó su poesía duradera.

¡Y éste fue el hombre que aquel momento de España desterró a la sombra! ¡Nos toca ahora y siempre sacarlo de su cárcel mortal, iluminarlo con su valentía y su martirio, enseñarlo como ejemplo de corazón purísimo! ¡Darle la luz! ¡Dársela a golpes de recuerdo, a paletadas de claridad que lo revelen, arcángel de una gloria terrestre que cayó en la noche armado con la espada de la luz!"

Estas palabras de Pablo Neruda adquieren, ahora, un valor especial. Si poniendo el nombre de Miguel en boca de todos y multiplicando los actos y homenajes que alimenten su recuerdo y memoria logramos dar un poco más de luz a nuestro poeta, bien hecho está.

La luz que llegó el pasado jueves 11 a Almansa para iluminar el Viento del pueblo, llegó empujado por otro viento, el de los metales del quinteto Little Brass y las voces de Juan Manuel Chiapella y Antonio Ballesteros. Una lectura dramatizada y musicalizada en la que los versos de Como el toro, Los cobardes, El niño yuntero o Rosario dinamitera, entre otros muchos, se mezclaron con las notas surgidas desde las trompetas, la tuba, la trompa o el trombón. Música y poesía son amantes que saben encontrarse en la penumbra para, mientras disfrutan en su fusión, hacernos partícipes de su mutuo deleite. Así ocurrió sobre el escenario del Teatro Regio, y una pequeña muestra la podéis encontrar en este video. Merece la pena verlo.

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