La utilización del adjetivo “cruel” por parte del juez Baltasar Garzón a la hora de definir la campaña de acoso que sufre por parte del PP suena extraña, casi literaria. Pero, a buen seguro, la usa sabedor de lo que significa este término:
1. Que se deleita en hacer sufrir o se complace en los padecimientos ajenos.
2. Insufrible, excesivo.
3. Sangriento, duro, violento.
¡Qué sabia es la RAE y cuántas dudas nos despeja! Sólo es necesario recordar a Federico Trillo, ese gran ejemplo de pro-hombre respetuoso con la ley (¡qué valiente fue en su actuación con el Yak-42!) afirmando que Garzón actúa con “manifiesta ilegalidad”, o a Esperanza Aguirre, ¿quién, sino ella?, diciendo, entre risas, que el juez quiere hacerle un traje, para suponer el deleite y la complacencia que les debe generar a ambos (y a muchos como ellos) ver al juez acosado por sus amigos de la Gürtel. Sólo es preciso fijarse en el reciente pasado del magistrado Fernando de la Rosa, ahora juzgador de Garzón y antes conseller del gobierno de Camps (ese “hombre honorable”, según de la Rosa), para calificar como insufrible la actitud de prepotencia y falta de independencia del, hoy, vicepresidente del CGPJ. Sólo cabe calificar como excesiva, cuando menos, la acción de la vocal Gemma Gallego contra Garzón desde que la dejó en ridículo con el caso del ácido bórico. Sólo hace falta imaginarse a Pedro J. Ramírez exaltado en su púlpito de la verdad suprema para que las palabras sangriento, duro y violento tomen forma.
Que a un personaje como Francisco Correa se le puedan dar alas (no sé si de gavilán o paloma, como decía Pablo Abraira -¡qué antiguo!-, aunque las de gaviota son más contemporáneas) para avergonzar a la justicia española es inaceptable. Que la corrupción alargue sus brazos de manera tan obscena es inadmisible. Si nuestra democracia quiere seguir manteniendo su confianza en la justicia es necesario acabar de una vez por todas con este despropósito. Como el propio Baltasar Garzón ha expuesto en sus alegaciones: “Es un buen momento para que este Consejo muestre toda su capacidad para elaborar un discurso propio en defensa de la independencia del Poder Judicial”.
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