Llevaban años intentándolo, años persiguiendo un obsesivo objetivo: cerrar la emisora de radio municipal Almansa Uno. La derecha en general, y la almanseña en particular, es así, poco amante de la libertad de expresión. No les gusta oír la verdad, no les gusta que la ciudadanía ejerza su derecho a la información, no les gusta que la gente pueda opinar, no les gusta que las administraciones ofrezcan servicio público, no les gusta la libertad.
Este año 2012 la emisora cumple 20 años, casi los mismos que viene sufriendo la persecución política de los que no conciben el respeto a la pluralidad de pensamiento. Durante sus primeros quince años, con dificultades de todo tipo, la labor, alcance y capacidad de la emisora fue creciendo. Y durante esos quince años fue un ejemplo de cómo ha de ser un medio de comunicación plural y abierto a todas las opiniones. Pero, llegado 2007, se instaló la derecha en el gobierno municipal almanseño y una de sus primeras medidas, traída de la mano del entonces concejal de cultura, Sr. Calatayud, fue coartar la libertad de expresión de Almansa Uno cerrando su foro de debate en Internet y dejando caer veladas amenazas (y, a veces, no tan veladas) a los profesionales que trabajan en la emisora con el fin de que la línea editorial favoreciera la imagen de la derecha local. La manipulación que, avergonzados, podemos ver y oír en los medios dominados por la derecha, también se intentó hacer en Almansa. Afortunadamente, quienes trabajan en la radio supieron resistir el envite y la pluralidad continuó siendo una norma inviolable, lo que costó no pocos enfrentamientos con quien vive en esa mezcla donde el creer que lo público es una propiedad privada del que gobierna se conjuga con la incapacidad a respetar el libre pensamiento y con una especie de sentimiento de impunidad propio de la derecha más cerril.
La derecha no entiende de servicio público, sólo de negocio (la emisora, el Hospital, el agua...). Y hoy, en éste como en otros muchos temas, tienen en sus manos la excusa perfecta: la crisis que todo lo justifica. Llevan muchos años intentando echar el cierre a la radio pública y ahora creen tener una oportunidad inmejorable. Por el contrario, nosotros apostamos por asentar y hacer crecer los servicios -los derechos- a la ciudadanía desde el impulso de las administraciones. Y entre esos derechos está el de la libertad de expresión e información. Por eso, nos oponemos rotundamente al cierre de la emisora municipal y así lo pelearemos en su Consejo de Administración, en la Junta de Accionistas (el Pleno municipal) y donde sea necesario.