Por fin vamos sabiendo algo del largamente anunciado Plan de austeridad que el gobierno municipal de Almansa piensa hacer público y aplicar antes de que, esperemos, termine la crisis. Cuando el sábado publiqué la entrada sobre la realidad almanseña no tenía constancia de que un día antes, en un medio de comunicación local, ya se había producido el esperado anuncio. Es sólo la primera medida, pero por algo se empieza.
Y, como prueba de que PIA y PP son lo mismo (a partir de ahora, y por abreviar, les llamaremos PPIA), ha sido el Sr. López, líder ex-independiente, quien ha hecho el anuncio. Así, la primera medida de ahorro, anti-crisis, de ejemplar austeridad y de reducción del gasto municipal es... LIBERAR COMPLETAMENTE AL CONCEJAL PASCUAL BLANCO.
Boquiabierto (como el propio Sr. Blanco en la fotografía) se quedará quien intente comprender cómo es posible ahorrar gastando más (concretamente, alrededor de cincuenta mil euros anuales entre sueldo y Seguridad Social). Atónito y perplejo estará quien aún recuerde que el Sr. Blanco, junto a sus compañeros ex-independientes, formaba parte del grupo de los "voluntarios de la política", dedicados a la cosa pública "sólo" por el bien de su pueblo. Anonadados permanecen quienes hoy ven lo que ven, oyen lo que oyen y, hace pocos meses, veían y oían a los ex-independientes "sacrificarse" diciendo que se iban a la oposición "porque así lo había querido el pueblo". No es de extrañar que la ciudadanía, ante estas actitudes, ante estas mofas a la inteligencia, piense que a los políticos sólo les importa "llevárselo calentito". De todas formas, continuaré defendiendo la honestidad de todos aquellos, de la gran mayoría de los representantes públicos, que nada tienen que ver con el ejemplo que ahora tenemos delante.
De nuevo, nuestros vaticinios se han cumplido. Algunos dirán que, en los tiempos actuales y con dinero público, esto es indecente. Otros que, quizá, esta decisión venga condicionada por determinadas circunstancias personales y laborales del Sr. Blanco. Otros, a lo mejor, opinan que ya nos está saliendo cara la privatización del agua. En fin, opiniones que, sin duda, terminarán siendo rebatidas con una batería de excusas que los ex-independientes pondrán en marcha y a nadie convencerán. La gente está cansada de ser tratada como pardillos que todo se lo creen y nada discuten. Algunos confían en que la ciudadanía permanecerá anestesiada ante este torrente de despropósitos. Pero el efecto anestésico termina acabándose.
Por cierto, hace poco una buena amiga viajó a Granada y me recomendó pasarme por este hotel. Dice que es precioso, muy cómodo y con una ambientación árabe y literaria muy atractiva. Además, está a los pies de la Alhambra y tiene un nombre muy curioso. ¿Se puede pedir más?
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