El futuro del PSOE

A medida que se acerca la fecha de celebración del 38º Congreso crece con fuerza la efervescencia dialéctica en la que convivimos los socialistas y quienes se sienten cerca de nosotros. Y esto es, esencialmente, positivo. He leído y releído las innumerables propuestas, comentarios, reflexiones, críticas o halagos que, en muy distintos foros, se están realizando desde hace semanas. He escuchado y debatido con compañeros y compañeras militantes y simpatizantes, con ciudadanos y ciudadanas, cercanos o no al partido, sobre el pasado, el presente y, sobre todo, el futuro del PSOE. Y la primera, y quizá más importante conclusión, es que existe un consenso generalizado sobre la necesidad de una profunda renovación. Hoy, esta afirmación ya suena a obviedad pero, hasta no hace mucho, algunos de los que hace tiempo habían echado el ancla (en el partido y en sus aledaños), todavía continuaban inamovibles.

En el análisis de ese consenso creo que es tan importante la crítica hacia los errores cometidos como el reconocimiento de los aciertos. Poner el acento, exclusivamente, en la auto-flagelación es tan erróneo como recordar con complacencia los aspectos positivos de la acción de gobierno (se estuviera o no allí, pues, a cada cual, nos ha tocado estar donde nos correspondía). Pero lo cierto es que la renovación sólo es posible con el reconocimiento de su necesidad, y ese paso ya está dado. Levantar la vista del ombligo propio es el siguiente, con lo que animo a los que no lo hayan hecho a que procedan a hacerlo. Y debatir, confrontar, reflexionar y compartir ideas es el siguiente, lugar donde ya nos encontramos la mayoría.


Hemos de ser conscientes de que este debate sólo interesará a la generalidad en la medida que hablemos de sus (nuestros) problemas como ciudadanos. Siendo imprescindible y necesaria la discusión sobre cuestiones de "consumo interno", creo que únicamente lograremos trasladar una nueva imagen y una nueva ilusión si la transformación es palpable por quienes han de otorgarnos finalmente su confianza. Y aunque es inevitable que los titulares de los medios hagan mella en las discrepancias, en las lecturas interesadas o el uso de las descontextualizaciones de frases, afirmaciones o manifiestos, afortunadamente mi percepción es que estamos en el adecuado punto de partida para abordar los múltiples aspectos a los que ha de dirigirse esta transformación (mayor democracia interna, nuevos sistemas de elección y representación o, ante todo, regreso al lado de la ciudadanía con auténticas políticas socialdemócratas). Es muchísimo más lo que une a las diferentes posiciones que lo que las separa. La lectura detallada de Mucho PSOE por hacer, Bases en Red o la candidatura de Rubalcaba así lo manifiestan. Sea Carme, Alfredo o cualquier otro compañero o compañera quien termine encabezando el partido lo hará, probablemente, no con un arrasador resultado electoral, pero sí con un claro mandato en el que las ideas, las propuestas y el nuevo camino estarán nítidamente definidos. Y esta vez no nos vamos a equivocar.