Esta mañana, cuando todavía no había amanecido y estaba dedicando mis aún adormilados sentidos a saborear un café con el que preparar el ánimo, ha regresado mi hijo. Yo acababa de levantarme de la cama y él volvía a casa tras toda una noche de voluntario insomnio (cosas de la descoordinación generacional).
- ¿Te vas a trabajar? -me preguntó.
- Sí. Buenos días, o noches, no sé -contesté.
- Buenos días -respondió, mientras llenaba un vaso con batido de chocolate. Viéndole beber, imaginaba el simulacro de engrudo que debía estar formándose en su estómago, mezclando los bebedizos acumulados a lo largo de la madrugada con el apelmazante que ahora consumía.
- Toma, esto estaba en el suelo, asomaba bajo la puerta de la entrada -alargó el brazo y me entregó lo que acababa de sacar de un bolsillo de su pantalón-. Es para ti, está a tu nombre.
Con un "Hasta luego", epílogo del anuncio "Me voy a dormir", cerró la puerta de la cocina. En mi mano, un sobre con un dibujo de dunas, palmeras y la silueta de lo que, en el día 6 de enero, sólo podían ser los Reyes Magos. Y, ciertamente, mi nombre rotulado sobre el azul celeste. En la mesa, el café consumido. En el reloj, la hora de irse, el autobús nunca espera. Por eso, recogí la taza, guardé el sobre en la maleta y salí de casa.
Más tarde, en un descanso durante la jornada de trabajo, he podido abrir el sobre. Me temo que no sabría describir adecuadamente la sorpresa que me produjo descubrir su contenido, por lo que paso directamente a facilitaros la transcripción literal de la carta que encontré en su interior (cuyo original podéis ver al inicio del post):
La carta parece auténtica. Hace tiempo que dejé de creer en los Reyes Magos. Y ahora tengo dudas. Pero, desde luego, si acaso las tenía, otras dudas se han despejado.
1 comentarios:
A la atención de Sus Majestades: Melchor, Gaspar y Baltasar
Querido Juanma:
Como veo que tienes correo directo con los Reyes (los de sin yernos) quería que les transmitieras esta carta. Después de leer la que te han escrito y, aunque te la dirigen a ti, hay muchas cosas que también nos afectan a muchas más personas.
Quisiera decirles que no me gusta nada cuando dicen ¿… os lo merecéis? Se quejan de que todos los reyes no son iguales, ni todos los políticos, ni todas las personas, pero cuando nos dicen que no nos lo hemos ganado, nos meten a todos en el mismo saco, en el de las minorías que dudo deban llamarse personas (dictadores, especuladores, usureros,…) y creo que (me van ustedes a permitir que les tutee) estáis siendo injustos porque somos muchos más los que, como vosotros mismos decís, estamos en el otro lado y en cambio no sólo nos comunicáis que no nos lo merecemos, sino también nos llamáis brazos y cabezas caídas, conformistas,… ¿Qué más queréis que hagamos? ¿No os dais cuenta que nuestras voces y nuestras luchas no las escuchan ni ven los gobiernos? (o mejor dicho les da igual). ¿De verdad creéis que no pedimos trabajo, derechos, sanidad…? ¿No os dais cuenta que nosotros no hacemos las leyes ni las jurídicas ni las electorales? Y por supuesto, no disponemos de dinero para pagar abogados que nos defiendan de lo indefendible (mientras que hay políticos que, serán yernos de alguien, siguen gobernando e impunes) ¿No os dais cuenta que a nosotros sólo nos piden el voto cada cuatro años, con una ley electoral injusta, y se les olvida lo que prometieron para conseguirlo? Y ¿no os dais cuenta que los que están en la oposición, protestan, protestan pero tampoco actúan todo lo que deben o pueden actuar? Entonces ¿qué podemos hacer los “de a pie” con nuestros escasos conocimientos y recursos?
En cuanto a tu pueblo, Juanma, explícales tú a los reyes, que estás más en contacto con los vecinos, si realmente aceptan lo que está sucediendo con el agua, el hospital… o no les queda más remedio que pagar el agua más cara si quieren seguir teniendo agua, que tienen que pagar los impuestos si no quieren que les embarguen…
Me despido, solicitándoles que, como Magos, por lo menos nos den una pista, tanto a los políticos honestos, como a los ciudadanos de cómo poder acabar con tanta prepotencia e injusticia.
Un cordial saludo
Lucia
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