Se nota que el calendario viene apretando. Los días ya no se cuentan, se descuentan de un almanaque que sólo llega hasta el 29 de mayo del año que viene. Y con un horizonte tan cortito, contrariamente a lo que podría pensarse, algunos pierden el norte. Las lenguas se sueltan, las formas se pierden y unos cuantos han decidido que los ciudadanos carecen de memoria, de capacidad de análisis y, por añadidura, son completamente manejables.
También es cierto que, con independencia del momento político o electoral en el que nos encontremos, algunos exhiben una permanente falta de respeto y un lenguaje que, al menos siendo cauto, ha de ser calificado como poco ejemplar y edificante. Viven en el insulto constante, en el desprecio chabacano del rival, en la prepotencia y en el "aquí mando yo". Y supongo que lo hacen porque están convencidos de que si al lenguaje grueso le suman un tono exaltado, una buena dosis de demagogia, unas cuantas verdades a medias (o directamente unas mentiras) y el enardecimiento del localismo más cutre, basado en "todos los que no piensan como yo son enemigos de mi pueblo", conseguirán una mezcla que logre el encendido aplauso de quienes les siguen.
También es cierto que, con independencia del momento político o electoral en el que nos encontremos, algunos exhiben una permanente falta de respeto y un lenguaje que, al menos siendo cauto, ha de ser calificado como poco ejemplar y edificante. Viven en el insulto constante, en el desprecio chabacano del rival, en la prepotencia y en el "aquí mando yo". Y supongo que lo hacen porque están convencidos de que si al lenguaje grueso le suman un tono exaltado, una buena dosis de demagogia, unas cuantas verdades a medias (o directamente unas mentiras) y el enardecimiento del localismo más cutre, basado en "todos los que no piensan como yo son enemigos de mi pueblo", conseguirán una mezcla que logre el encendido aplauso de quienes les siguen.
En Almansa, algunos miembros del PP han demostrado con creces su inmedible capacidad para el insulto, especialmente los Sres. Cerdán, Teruel y Núñez, cada uno en los foros que su partido les designó. Y lo hacen bien, no vamos a quitarles el mérito de buenos insultadores. Paralelamente, sus socios del Partido Independiente (ahora sus jefes locales, que ya no se sabe quien manda en Almansa después de tantas peleas tribales), a pesar de no tener acceso a tan altas tribunas como las usadas por el PP, no se quedan a la zaga en la ofensa, el improperio y el desprecio por la inteligencia de los almanseños. El Sr. López, alcalde por turno a título particular, ha dejado a lo largo de los últimos años numerosas perlas que ya adornan las hemerotecas almanseñas, fruto, según él, de su forma de ser. Cabe preguntarse si esa es la forma de ser que se espera de un representante político, pregunta para la que existirán múltiples respuestas, aunque en la calle se palpe un generalizado sentimiento contrario. El líder independiente ha creado escuela entre sus filas y, como en toda aula, existen alumnos aventajados.
Sin duda, es el Sr. Calatayud quien mejor nota obtiene a la hora de examinarse en las asignaturas de "Insultometría" y "Demagogia aplicada". El Sr. Calatayud, desde su soberbia, confunde su deseo con el sentir de los ciudadanos de Almansa, e incapaz de admitir el menor de los reproches, confunde la crítica con el agravio, no se reprime a la hora de mentir y, desde luego, dedica las más sonoras ofensas a todo aquel que le mire de reojo, especialmente si es sospechoso de ser socialista. Por eso en los últimos días le hemos oído injuriar sin motivo alguno a la persona de Francisco Pardo, Presidente de las Cortes de CLM (en la historia quedan los vergonzosos e irrepetibles insultos que dedica repetitivamente a otro Francisco Pardo, portavoz del GMS de Almansa), le hemos oído mentir sobre la utilización de los fondos FEIL o le hemos visto fabricar fantasmas que le persiguen, dice, desde los despachos de la Junta de Comunidades. Pero lo realmente cierto es que, en cuanto a los insultos, al contrario de lo que cree el Sr.Calatayud, los ciudadanos admiten muy mal que el uso del lenguaje soez, más aún de forma gratuita, forme parte del discurso habitual de quien le representa. Cierto es también que los fondos FEIL nacen de los impuestos de todos, como su sueldo y el de todos los concejales (recordemos: el mayor número de concejales liberados de la historia de Almansa es, con mucha diferencia, el actual, y además, debemos ser uno de los pocos municipios españoles que no ha aplicado una rebaja a los salarios de los ediles, como ha pedido el PSOE), porque en algunas ocasiones de las palabras del Sr. Calatayud parece derivarse la impresión que los 6 millones de euros que han llegado a Almansa gracias a la iniciativa del gobierno de España, han salido de su bolsillo, del de el Sr. López o de, ahora que están de moda, una rifa... Y lo de los fantasmas que no le dejan dormir porque cree que en el gobierno de Castilla-La Mancha están obsesionados con hacer el mal a Almansa es insultante. Nunca ha llegado a nuestra ciudad tanto dinero procedente de la JCCM como en los últimos años (su concejalía lo sabe muy bien) e, incluso, se han permitido el lujo de despreciar y dejar pasar subvenciones ya concedidas por pura desidia y desgobierno. El Sr. Calatayud, simplemente, miente.
Algunos se encuentran en campaña desde hace varios meses y no es extraño encontrarles invitando al potencial votante a cafés, a pasteles o a lo que haga falta. Otros continuamos pensando que el cúmulo de problemas que existen en Almansa requieren de toda nuestra atención. Y en eso estamos.
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