19 de septiembre de 2010

Atra bilis (TEA 2)


La atrabilis, ese humor negro que está detrás de la tristeza, la apatía y el abatimiento, se derrama sobre el escenario mezclándose con la ironía, la mentira, el sarcasmo hiriente, la venganza y, también, el humor, humor tan negro como la bilis negra. La obra de Laila Ripoll es puesta en escena por Las Bernardas (lorquiano nombre que nace de su génesis teatral como compañía y enlaza perfectamente con el texto y el contexto de Atra bilis) trasladándonos a Comala, indefinido pero reconocible lugar de la España más profunda, la que conserva y alimenta esos rituales funerarios tras los se esconden y disimulan los verdaderos sentimientos, ceremonias que visten de compartida "normalidad" social la soledad más trágica. Heredera del realismo mágico, en la atmósfera del escenario se respira un odio soterrado que sólo los comunes intereses -interés filial, interés amatorio, interés por la subsistencia- logran mantener en la latencia. Hasta que todo estalla. Aunque, a pesar de esta explosión, cuando se abre la ventana de la "justicia social", los lazos que previamente se desataron vuelven a unirse. Y todo termina siendo igual, los problemas se resolverán "cuando estemos más tranquilas".

Estela Valverde, Susana Cocero, SIlvia Herráiz y Concha de la Fuente, las Bernardas, lo bordan. La histriónica Nazaría, la aparentemente sumisa Daría, la pobre Aurorita convertida en dedo acusador y una Ulpiana a la espera de su momento, supieron llenar el escenario del Teatro Regio con una profesionalidad y una capacidad interpretativa que supera con creces la etiqueta de "teatro aficionado". Mi más sincero agradecimiento y enhorabuena.

Más sobre Las Bernardas.

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