PARÉNTESIS EN EL HORROR

Los que sólo creemos en el infierno terrenal, recibimos imágenes como ésta a modo de alimento para nuestra pobre situación espiritual. Un bombero castellano leonés haciendo un paréntesis entre la más terrible de las desgracias y sonriendo con el niño recién rescatado entre sus brazos. O las de la madre que se reencuentra con la hija, hallada viva después de cinco días sepultada entre los restos de la universidad, entregándose ambas a un abrazo de miembros casi descoyuntados. O los relatos de verdadera entrega y abnegación por mantener la calma en el más absoluto caos. Pero estas pausas en el horror sólo duran unos instantes, la realidad del dolor, de la sed y el hambre, de la violencia y la desesperación, de heridos camino de la agonía por no poder ser atendidos, de cadáveres transportados en camiones de la basura, nos golpea en nuestros cómodos sillones del salón de casa.

Urge la creación de corredores humanitarios que permitan llevar a sus destinatarios la ingente cantidad de solidaridad llegada a Haití y bloqueada en el aeropuerto. Urge la puesta en marcha de la acción coordinadora de Naciones Unidas. Urge atender al llanto y a las miradas desesperadas de los que hace una semana eran los más pobres de América y días después ni siquiera su pobreza es medible.

Creo que la rapidez en la respuesta del resto del planeta ha sido la adecuada. Sólo falta, desde aquí parece poco, abrirse paso entre el caos. Pero el infierno tiene vocación de eterno.

El Ayuntamiento de Almansa, tras el acuerdo de  los portavoces de los grupos municipales, aprobó en el Pleno del día 16 aportar su grano de arena con forma de 3000 euros.