"Nos dijo que quería beberse un Campari, así que le hicimos un granizado de Campari. Me miró y me dijo: 'Ahora empiezo a sentirme mejor. Muchas gracias a todos'. Se durmió y, al cabo de un rato, se murió". Así cuenta Olga Lucas, la compañera de José Luis Sampedro, su sencilla muerte. Se fue el domingo y hoy lo hemos sabido.
No haré un sólo halago gratuito de este gran hombre. Ni le gustaban ni son necesarios. Sólo hace falta escucharle y leerle para admirarle y asentir, para emocionarse con su voz y su palabra escrita. Como él dijo: "Uno escribe a base ser un minero de sí mismo", y él no soltó jamás las herramientas con las que ahondar en el sentimiento más profundo, en la búsqueda interior que lleva, sin remedio, al encuentro con todos los demás. "¿Estamos haciendo un uso humano de los seres humanos? ¿Estamos haciendo un uso humano de nosotros mismos? ¿Estamos sabiendo vivir humanamente?", se preguntaba mientras, al mismo tiempo, aseguraba que "La vida es una navegación difícil sin una buena brújula". Él era brújula indicando la dirección de nuestra dimensión humana, a la que parece que hemos renunciado...
En varias ocasiones paseó José Luis por esta geografía fronteriza. Os invito a escucharle de nuevo en la entrevista que le hizo Iñaki Gabilondo. Gracias por habernos permitido disfrutar de tu compañía... Hasta siempre.
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