Especialistas en no dejar a nadie indiferentes, quienes integran Tablas Teatro han vuelto a confabularse para, en estos tiempos oscuros, volver a encender los focos, llenar de luz el escenario y transformar el gris cotidiano en una colorida amalgama de palabras y música, escenografía e interpretación con la que iluminarnos por unas horas.
Tablas Teatro presentó ayer el que será su nuevo montaje, El retrato de Dorian Gray. New York City, adaptación teatral que ellos mismos han realizado de la novela de Oscar Wilde. El Londres de finales del siglo XIX se traslada a la Nueva York contemporánea, una agitación del tiempo y del espacio que, probablemente, forme parte de la agitación vivida ayer en el Teatro Regio donde, como afirmó José Tomás, director de la compañía, vivimos el "teatro al revés" cuando los espectadores ocupamos el escenario y el patio de butacas acogió una nueva y abierta escena, limpia de tramoya, que fue recibiendo a actores y actrices, a bailarines y bailarinas al ritmo de la magnífica música compuesta por Guillermo Ruano y ejecutada por la Dorian Gray Band. Música con acento urbano que, a través de la voz de Raquel, se convirtió en canciones escritas por José Tomás.
La vanidad y el narcisismo -males universales e intemporales de los que Dorian Gray ya es prototipo para aquellos que viven el culto a la propia imagen como un argumento vital- llenarán el espacio escénico del Teatro Regio los días 23, 24 y 25 de marzo. La originalidad de la presentación que ayer disfrutamos, junto a la arriesgada apuesta (propia de Tablas Teatro) que supone adaptar un texto nunca pensado para ser representado, permiten prever la repetición de un nuevo momento de éxito en la historia de Tablas Teatro. Quedamos, por lo tanto, en la impaciente espera.
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