De las miles de versiones que en los últimos treinta años se han hecho del tema de Gloria Gaynor, convertido para muchos en un himno personal y colectivo, el "Resistiré" del Gran Wyoming y El Intermedio merece un puesto de honor. Porque, desde luego, se avecinan tiempos de resistencia.
¡Cómo cambian las cosas de un día para otro! Ahora la crisis ya no es cosa de España sino de Europa y/o del mundo mundial, ahora España es un país fiable y no el desecho que el PP publicitaba a los cuatro vientos, ahora piden (y se les da) colaboración mientras hasta anteayer ellos sólo ofrecían insultos y desprecio. Y es que ahora en España vuelve a amanecer... El argumento de toda la culpa es de ZP se les agotará pronto. Y si, a pesar de los elogios europeos y del sangrante e imparable paro, las medidas adoptadas en los últimos años nos han permitido evitar caer en el pozo del rescate, pero nos han costado a los socialistas, en el contexto de lo identitario, sudor y lágrimas, aún quedaban cosas que continuaban siendo intocables: la sanidad, la educación, la asistencia y la solidaridad social... Pero eso se acabó, ya nada es sagrado (y eso que en temas sacramentales la derecha siempre gana por goleada). Lo hecho hasta ahora terminaremos recordándolo como un ensayo de lo que se avecina.
Castilla-La Mancha es un ejemplo palpable de lo que va a significar este cambio de rumbo. Si hasta mayo éramos pioneros y ejemplares en la aplicación de la Ley de Dependencia, a partir de la llegada del PP se dejan de pagar las prestaciones. Si hasta mayo la sanidad de nuestra región se situaba entre las mejores, a partir de ahora toca seguir el ejemplo de Madrid o Valencia (de las peor valoradas) aplicando el sistema público-privado. Si hasta este curso la educación obligatoria era completamente gratuita, a partir del próximo los libros volverán a ser financiados por las familias. Si la red de colegios públicos de Castilla-La Mancha fue una de las primeras beneficiadas en acogerse a la modernización informática, los esfuerzos en educación a partir de ahora se centrarán en los colegios privados-concertados. Si la Universidad de Castilla-La Mancha había logrado un alto grado de excelencia en los últimos años, la gran reducción presupuestaria anunciada la dejará ante el abismo de la inoperancia. Si hasta mayo la Junta de Comunidades ha mantenido con los ayuntamientos numerosísimos convenios de colaboración en materia de empleo, asistencia social, cultura, educación y otros muchos aspectos, todos ellos quedan suspendidos y pasan al limbo de lo que deberá negociarse en un futuro (aunque, recordemos, que el de Roma dijo que el limbo ya no existe). En definitiva, si los castellano-manchegos, que partíamos de una situación de profunda discriminación y falta de recursos, hemos visto cómo nuestra calidad de vida iba in crescendo (lo que, probablemente, algo tendrá que ver con el enorme gasto y esfuerzo económico que el gobierno de la región se vio obligado a realizar para el beneficio de la generalidad), sólo nos espera, a partir de ahora, ver cómo la tijera cospedaliana nos recorta derechos y logros sociales.
Pero resistiremos, "Jodido, pero bueno", dice Wyoming. No le falta razón. Aunque frente a la resignación, habremos de poner en marcha nuestra capacidad de reacción. Espero, por el bien de todos, que sepamos hacerlo.
¡Cómo cambian las cosas de un día para otro! Ahora la crisis ya no es cosa de España sino de Europa y/o del mundo mundial, ahora España es un país fiable y no el desecho que el PP publicitaba a los cuatro vientos, ahora piden (y se les da) colaboración mientras hasta anteayer ellos sólo ofrecían insultos y desprecio. Y es que ahora en España vuelve a amanecer... El argumento de toda la culpa es de ZP se les agotará pronto. Y si, a pesar de los elogios europeos y del sangrante e imparable paro, las medidas adoptadas en los últimos años nos han permitido evitar caer en el pozo del rescate, pero nos han costado a los socialistas, en el contexto de lo identitario, sudor y lágrimas, aún quedaban cosas que continuaban siendo intocables: la sanidad, la educación, la asistencia y la solidaridad social... Pero eso se acabó, ya nada es sagrado (y eso que en temas sacramentales la derecha siempre gana por goleada). Lo hecho hasta ahora terminaremos recordándolo como un ensayo de lo que se avecina.
Castilla-La Mancha es un ejemplo palpable de lo que va a significar este cambio de rumbo. Si hasta mayo éramos pioneros y ejemplares en la aplicación de la Ley de Dependencia, a partir de la llegada del PP se dejan de pagar las prestaciones. Si hasta mayo la sanidad de nuestra región se situaba entre las mejores, a partir de ahora toca seguir el ejemplo de Madrid o Valencia (de las peor valoradas) aplicando el sistema público-privado. Si hasta este curso la educación obligatoria era completamente gratuita, a partir del próximo los libros volverán a ser financiados por las familias. Si la red de colegios públicos de Castilla-La Mancha fue una de las primeras beneficiadas en acogerse a la modernización informática, los esfuerzos en educación a partir de ahora se centrarán en los colegios privados-concertados. Si la Universidad de Castilla-La Mancha había logrado un alto grado de excelencia en los últimos años, la gran reducción presupuestaria anunciada la dejará ante el abismo de la inoperancia. Si hasta mayo la Junta de Comunidades ha mantenido con los ayuntamientos numerosísimos convenios de colaboración en materia de empleo, asistencia social, cultura, educación y otros muchos aspectos, todos ellos quedan suspendidos y pasan al limbo de lo que deberá negociarse en un futuro (aunque, recordemos, que el de Roma dijo que el limbo ya no existe). En definitiva, si los castellano-manchegos, que partíamos de una situación de profunda discriminación y falta de recursos, hemos visto cómo nuestra calidad de vida iba in crescendo (lo que, probablemente, algo tendrá que ver con el enorme gasto y esfuerzo económico que el gobierno de la región se vio obligado a realizar para el beneficio de la generalidad), sólo nos espera, a partir de ahora, ver cómo la tijera cospedaliana nos recorta derechos y logros sociales.
Pero resistiremos, "Jodido, pero bueno", dice Wyoming. No le falta razón. Aunque frente a la resignación, habremos de poner en marcha nuestra capacidad de reacción. Espero, por el bien de todos, que sepamos hacerlo.
0 comentarios:
Publicar un comentario