La primera de estas tres fotografías es irrepetible. Realizada en junio de 2007, representa la alegría por el triunfo de las ambiciones personales ansiadas durante muchos años. Un triunfo construido sobre la endémica incapacidad del PP de ganar unas elecciones en Almansa y el indisimulado caudillismo del Sr. López. Un triunfo convertido en pacto que, al tener como única base el interés personal, terminó traduciéndose en reparto de poder, permanentes desencuentros entre los socios y desgobierno para nuestra ciudad. Pero sonreír, sonreían.
Cuatro años después, a pesar de que los resultados electorales de PP e Independientes son todavía peores, la historia se repite. Pero ya no hay foto de familia y no aparecen juntos. No se atreven. Se avergüenzan. Se esconden. Evitan esa imagen en común sabiendo que hoy produce en Almansa un profundo rechazo. Y aunque las motivaciones son las mismas, los intereses personales, las sonrisas han desaparecido. Sin fiestas, sin aplausos, cada uno por su lado, acuerdan otro pacto (hasta la palabra la evitan) para así prolongar la agonía de Almansa, huésped de la UCI desde que populares e independientes la desgobiernan. Frente a nuestro ofrecimiento para unir esfuerzos y demostrar a los ciudadanos que los políticos podemos (y, sobre todo, debemos) poner el interés general por encima de cualquier otro criterio, han elegido el oscuro camino del partidismo y el rédito particular.
Quizá el Sr. López tenga razón y las almanseñas y almanseños seamos sólo un atajo de bobos y analfabetos (políticos, puntualizó). Esa es la opinión (manifestada públicamente en Radio Almansa) que le merecemos los ciudadanos a los que dice querer gobernar, pero que, en realidad, dados sus hechos y sus palabras, sólo parece querer utilizar. Y quizá seamos, como también apostilló, unos desagradecidos al no saber valorar lo mucho que él, situado por encima del bien y del mal, ha hecho para que Almansa sea hoy un erial social y laboral. Almansa... ¿qué has hecho para merecer esto?
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