Hace unos días trasladaba la invitación a asistir a la inauguración de la contemplación de la exposición y el cortometraje "La realidad imaginada". Hoy, en el día después, todas las expectativas se han cumplido sobradamente. La retrospectiva de la obra de Paco, que ya conocíamos, cuelga de manera espléndida en las paredes de la Casa de Cultura. Y "La realidad imaginada" es más una maravillosa realidad que el producto de la imaginación.
Extenderse sobre las virtudes personales y artísticas de Paco Catalán es un ejercicio que me agrada, por merecido, pero podría entrar en el terreno del halago exagerado (aunque, insisto, merecido) por lo que mis palabras expuestas en la invitación han de quedarse en ese territorio. Ir más allá sería sospecho de agasajo gratuito y no es el caso. Por ello me dedicaré al cortometraje de Sergio Mendoza y "su" equipo. Captar la esencia de un artista como Paco es tarea complicada, pero ellos lo han logrado. Compartir el proceso de creación y que las vibraciones de la mano del pintor queden en las retinas de los espectadores es una labor que sólo se puede completar con éxito viviendo en la cercanía, en el perímetro que rodea al espacio del arte. Es lo que Sergio ha hecho. Y es lo que Sergio ha alcanzado. "La realidad imaginada" es más un sentimiento que unas imágenes, más complicidad que reportaje.
El sosiego y la paz quedan reflejados en la pantalla de proyección, aunque los "peores momentos de su vida" los haya pasado ante un lienzo, como confiesa Paco, pero también "los mejores". En el corto asistimos a, según Sergio, "su mirada serena, su humildad, la reflexión que aprecio en cada una de sus obras y la capacidad de éstas para emocionarme", palabras que hago mías. Al tiempo, la escolta que ofrece la magnífica banda sonora de Francisco García, compositor de músicas capaces de entrar por los poros de la piel, nos acompaña en este recorrido por pinceles, papeles, telas, maderas, ceras, carbones, óleos...
Ya no es una invitación, es casi una obligación trasladarse a la Casa de Cultura y contemplar los cuadros de Paco para, después (o viceversa) sentarse a disfrutar de "La realidad imaginada". Algo que puede hacerse hasta el día 7 de abril.
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