El regreso

Hace casi un año, dedicaba a Galiana una entrada titulada Galiana o el regreso. En aquel momento, aquel retorno debíamos relacionarlo con su vuelta a la creatividad después de un largo paréntesis. Hoy, cuando él ha elegido utilizar la misma palabra para titular su última exposición, "El regreso", lo hace recordando la que fue su primera presentación pública, hace diez años, en el mismo lugar en el que ahora ofrece esta muestra, en la Oficina de Turismo de Jalance.

Galiana, amigo sincero, continúa dando pasos hacia adelante en las formas y las texturas que le identifican como un soñador y un artista original e infatigable, invitándonos en cada obra a buscar lo escondido tras el caos visual, a intuir el sentimiento transformado en color. En "El regreso", Juan me ha hecho el honor de permitirme dedicarle unas palabras, publicadas en el catálogo de la exposición:

La parábola del hijo pródigo se esconde tras los lienzos de “El regreso”. Aunque, en esta ocasión, dudo de quiénes juegan los papeles de padre e hijo. Si somos nosotros, los complacidos espectadores de la obra de Galiana, los que acogemos de nuevo su color, sus texturas, su arte enigmático o es él, padre de su enorme esfuerzo transformado en bella maestría creativa, quien se reencuentra con aquellos que le hemos extrañado tanto. Da lo mismo. En definitiva, él vuelve. Y lo hace con el mismo ímpetu de antes, con la energía que le impulsa y, a su vez, le impide concederse el más mínimo descanso.

Juan parece inagotable, y probablemente lo sea cuando ante su mirada se presentan los lienzos vacíos. El espacio deshabitado es un reto permanente para Juan, que siente como una necesidad interna convertir las telas en desgarros de color, en líneas aparentemente caóticas que producen evocaciones. Los territorios yermos a los que se enfrenta en un inicio terminan transformándose en una orografía de montes geométricos en cuyas laderas crecen bosques de arrebatadas sensaciones.

Regresa y, por ello, todos hemos de felicitar a este Galiana distinto y evolucionado, pero preservador de la esencia que hace diez años iluminó su primera muestra. Esta es una exposición en la que hemos de buscar, y seguro que encontraremos, motivos para el deleite de la amistad y de la creatividad.