Desde hace unos años, la derecha más a la derecha y también la que dice estar caminando eternamente hacia el centro, (todos parecen aglutinarse bajo las alas de la gaviota), espera con verdadera emoción la llegada del día 12 de octubre. Pero no es el fervor patrio lo que les emociona. Lo que les enardece es el saber que van a disfrutar gratuitamente del protagonismo durante varias horas de emisión televisiva, de conexiones radiofónicas y de titulares y comentarios periodísticos. Saben que con sus gritos, sus abucheos, su falta de respeto y su actitud indigna, la conmemoración festiva y militar quedará en un segundo plano y sólo se hablará de los ¡Fuera, fuera! y los ¡Zapatero dimisión! tradicionales de este grosero folclore.
Que vociferen contra el Presidente del Gobierno forma parte del guión. Que lo hagan en un acto institucional, también. Que el Partido Popular calle y otorgue, desgraciadamente, también. Es lo que hay. Que las Nuevas Generaciones, a falta de cosa mejor que hacer, hayan llenado el Twitter con mensajes alentando y convocando a participar en el abucheo, les retrata. Que ni durante el himno ni, muy especialmente, durante el homenaje a los caídos sean capaces de silenciar sus bramidos, sólo genera desprecio ante tanta desfachatez e insulto a la inteligencia. Insisto, es lo que hay, y no se puede pedir más.


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