16 de enero de 2011

Cuestión de prioridades

He vuelto (aunque en realidad nunca estuve muy lejos, no siempre debe interpretarse el silencio como un sinónimo de ausencia). Debo confesar, ahora que la distancia temporal lo permite, mi escaso apego a las fiestas navideñas. Pero como ya han pasado, como ya hemos regresado a la cotidianeidad, a la realidad empañada por los problemas (pero también por el intento de resolverlos), no haremos ninguna mención a los tópicos sobre los que todos hemos discutido en las pasadas semanas.

En cualquier caso, y sin que sirva para mi descargo, lo cierto es que los movimientos de la actualidad han parecido estar sometidos, como tradicionalmente sucede en estas fechas, a las necesidades festivas. Álvarez Cascos dedicando la duodécima uva de la despedida a Rajoy, ETA escribiendo su tardía carta a los Reyes Magos, Aznar traicionando por enésima vez la lealtad a su país, los sindicatos y el gobierno sentándose de nuevo juntos en la misma mesa de discusión... Noticias todas ellas que se antojan de poco calado ante el estruendo de los villancicos, la algarabía de las calles, el resplandor de las luces (aunque el uso de las nuevas luminarias de leds han reducido el fulgor de anteriores años) y la imperiosa necesidad de envolver regalos.

Y si los acontecimientos nacionales -y hasta internacionales- poco nos han dado para el recuerdo, el día a día municipal ha sido absolutamente anodino y vacío de contenido, lo que a estas alturas puede traducirse de muy diferentes maneras, incluso hasta de forma positiva, dadas las muy negativas noticias con las que cerramos el año 2010: la aprobación de un presupuesto con múltiples lastres y el inicio de la venta del patrimonio almanseño. Por eso, la inactividad de los populares e independientes podemos calificarla positivamente (recordad aquello de virgencita, déjame como estoy). Pero la tranquilidad nos va a durar poco. Este lunes se va a dar comienzo al proceso recalificador de una buena parte del término municipal, revisión del POM lo llaman, que persigue los fines que ya hemos comentado en otras ocasiones (os remito a la entrada Hay prisa, hay prisa). Mucho tendremos que hablar sobre ello, sobre prioridades, sobre qué necesita Almansa hoy y en el corto plazo y sobre la planificación de nuestro futuro urbanístico.

Pero no serán estos los únicos temas de los que hablaremos en los próximos meses. En cambio, otras cuestiones han quedado aparcadas como un patético ejemplo de la incompetencia y la desavenencia entre los miembros del gobierno municipal. Me refiero a la privatización del agua, que ha supuesto un enorme caudal de esfuerzo, dinero y tiempo derrochado a lo largo de cuatro años. Incapaces de llegar al más mínimo acuerdo, con este proceso se ha escenificado el mal gobierno al que hemos sido sometidos (y aún lo somos, aunque por poco tiempo). Y, además, se acercan las elecciones y son esperables algunas sorpresas. Algunas vendrán derivadas de las decisiones que, para Almansa, se tomen fuera de Almansa. Me refiero al "democrático" dedo cospedaleño que terminará señalando al candidato del PP. Otras, con carácter más localista, pondrán de manifiesto la singularidad de esta ciudad, que va camino de convertirse en un reino de taifas (pronto comprenderéis la razón).

Y mientras los demás parecen entretenidos en posicionarse dentro de sus partidos o en intentar desmarcarse de quienes han sido sus socios durante cuatro años, en el PSOE ya llevamos más de dos meses, con Paco Pardo al frente, diseñando el futuro de Almansa. Cada cual tiene sus prioridades. Y la nuestra es, ante todo, nuestra ciudad.

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