La amistad tiene muchas recompensas. Algunas son obvias e intrínsecas al propio sentimiento compartido. Pero en algunas ocasiones, a ello viene a unirse la suerte de poder recibir, además de amistad, un imparable torrente de imaginación, capacidad creativa e impulso y empuje por la innovación y la búsqueda de nuevas formas y nuevas vías por las que transite y se socialice la Cultura (con mayúscula, evidentemente). Esto sucede cuando la persona con la que cruzas el camino vital es un artista. Esto sucede con Sergio.
Él lleva toda su vida regalándonos su visión del mundo a través de su trabajo fotográfico (en el sentido metafísico de la palabra y, también, en el práctico, dada su alma viajera). Y los que hemos tenido la suerte de estar a su lado para poder contemplar sus exposiciones, también hemos sido testigos de su generosidad y su inmedible disposición para diseñar, liderar y hacer realidad numerosos proyectos, convirtiéndose así en un inagotable motor que ponía en marcha todo lo que se encontraba a su alrededor, especialmente el ánimo de quienes terminábamos siendo atraídos por su imán de ilusión y entrega para construir novedosas propuestas que, como destinatario último, siempre tenían al conjunto de la sociedad. Quizá, el paradigma de todo ello fueron los cuatro años del Abierto de Fotografía de Almansa (del que algún día haremos aquí una semblanza), que fue un ejemplo de cómo el esfuerzo termina siendo compensado y durante los cuales, según las propias palabras de Sergio, se vivió “intensamente esta idea que trata de generar un espacio nuevo donde la imagen fotográfica se relaciona con otros campos de la creación”.
Más hoy Sergio llega hasta esta geografía (además de por merecimiento propio), porque, siendo fiel a su criterio de permanente búsqueda de formas de expresión y difusión, acaba de inaugurar su página web. En ella podemos admirar una buena parte de su creación, que inicia con “Reconstrucciones de la memoria” en la que aglutina una muestra de su producción con la fotografía analógica, entregándonos imágenes diluidas, en movimiento perenne, o en las que la artesanía de su mirada nos ofrece perspectivas de lo cotidiano transformadas en arte. Una creación que se prolonga con el ingreso en el campo digital con “Por los caminos del Duero” y su última colección, “Hüzün Estambul”, inspirada en textos de Orhan Pamuk. Son estas fotografías una reproducción de la contemplación subjetiva de Sergio, que acude a la manipulación de los originales para incrementar, mediante la modificación del color o la inclusión del blanco y negro, la impresión y el sentimiento que en él dejaron los paisajes naturales o urbanos, las gentes y sus contextos vitales, lo animado y lo inanimado que cobra vida a través de su retina.
Una página web a la que invito, vehementemente, visitar y disfrutar.
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